En el evangelio de Mateo 25, Jesús nos deja una enseñanza que sigue siendo profundamente desconcertante pero inspiradora: cuando ayudamos a los más pequeños y vulnerables, lo hacemos directamente a Él. Esta idea desafía la percepción tradicional de que la fe es algo que expresamos solo hacia Dios. Jesús nos invita a vivir una fe que se traduce en acción, compromiso y amor tangible hacia los demás.
Esta visión es el corazón del programa Elegido de World Vision México, una experiencia única donde las niñas y niños son quienes eligen a sus patrocinadores, fomentando una conexión que va más allá de lo material. Es una relación transformadora, como la que viven Dulce y Harold, quienes han descubierto el verdadero significado de una fe en acción.
Dulce, una niña llena de alegría y curiosidad, decidió elegir a Harold. Con una gran sonrisa, comparte que lo eligió porque cree que él es amable y divertido. Dulce ama jugar con sus perros, montar a caballo y experimentar en su materia favorita: ciencias naturales. Para ella, Elegido no solo significa recibir apoyo, sino también la oportunidad de conectarse con alguien que la inspire y motive.
"Me gusta que Harold sea amable. Creo que juntos podemos aprender y soñar", dice Dulce, mientras sostiene con orgullo la foto que eligió.
Por su parte, Harold describe Elegido como una experiencia de transformación mutua.
"Dulce no solo me eligió, sino que me abrió la puerta a reflexionar sobre mi propia vida. Este programa me recuerda que, aunque puedo aportar a su transformación, también soy alguien en necesidad de ser transformado".
Para Harold, la conexión con Dulce es un testimonio vivo de Mateo 25:40, donde Jesús nos llama a vivir una fe con acciones concretas. Esta experiencia le ha permitido soñar con un mundo mejor, uno en el que cada niña y niño viva con la dignidad que merece.
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Elegido no es solo un programa de apadrinamiento; es una oportunidad para transformar vidas y ser transformados en el proceso. A través de este enfoque único, World Vision México permite que quienes se involucran vivan una experiencia de fe activa, compromiso y amor hacia los demás, tal como Jesús nos enseña.
Dulce y Harold son un claro ejemplo de cómo una relación basada en el amor y la fe puede cambiar vidas. Al involucrarnos en la vida de niñas y niños como Dulce, también abrimos nuestro corazón a una transformación que impacta nuestras familias y comunidades.
¿Estás listo para ser parte de esta transformación? Descubre cómo puedes vivir una experiencia única con Elegido y marcar una diferencia en la vida de una niña o niño mientras descubres el poder de una fe en acción.
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