Quizá tu razón es creer en un país mejor.
Quizá es haber tenido a alguien que te ayudó cuando más lo necesitabas.
O quizá simplemente no puedes quedarte indiferente ante la realidad de la niñez mexicana.
Sea cual sea tu razón… es suficiente para transformar una vida.
Cada día niñas y niños enfrentan:
Tu donación convierte estas razones de preocupación en razones de esperanza.