¿La salud mental de niños y jóvenes se contempla en el presupuesto?
Desde World Vision México, hemos analizado el presupuesto de egresos de la Federación año con año desde su creación. Desde la perspectiva del mismo en otros países, tenemos el ejemplo del Ministerio de Economía y Finanzas de Perú, el cual define al presupuesto como el instrumento de gestión del Estado para el logro de resultados en favor de la población, a través de la prestación de servicios y cumplimiento de metas de cobertura con equidad, eficacia y eficiencia por parte de las Entidades Públicas.
En México, el presupuesto establece los límites de gastos durante el año fiscal de enero a diciembre, para cada una de las Entidades del Sector Público, así como los ingresos que los financian, acorde con la disponibilidad de los Fondos Públicos y el contexto internacional, a fin de mantener el equilibrio fiscal.
En este sentido, el presupuesto, es la más clara muestra de las prioridades y objetivos del gobierno a través de los montos destinados, sin embargo, en nuestro país, no existe presupuesto específico para la atención a la salud mental de niñas, niños y adolescentes.
La pandemia y las medidas destinadas a la mitigación de la propagación del virus, afectaron directamente la salud mental de niñas, niños y adolescentes, un tema que quedó rezagado en un período que priorizó la salud física sobre la mental.
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Conforme a la Encuesta Nacional de los Hogares (INEGI 2021), una de cada cuatro personas en el país requiere atención a la salud mental y solo 2 de cada 10 la recibe, en tanto que la Encuesta de Nacional de Salud (ENSANUT), registró que durante 2020, 1,150 niñas, niños o adolescentes en México decidieron suicidarse, es decir, un promedio de tres casos por día, casi el triple que los registrados por COVID-19, que ascendieron a 392 casos durante el mismo periodo, a esta situación hay que sumar la orfandad por la misma enfermedad, la cual dejó a 195 mil niñas, niños y adolescentes sin su padre o madre (Senado de la República).
El duelo por la pérdida de uno de los cuidadores principales, es, sin duda, una situación que requiere atención en materia de salud mental, en cuanto a padecimientos como depresión, la información oficial data del año 2017 en la Encuesta Nacional de los Hogares.
La Salud Mental, también es relevante para la atención de violencia y explotación contra niñas, niños y adolescentes. La Salud Mental está relacionada con el cumplimiento de los objetivos de Salud y Seguridad Social y por otro lado con el conjunto de servicios de atención a todas las niñas, niños y adolescentes que han sido víctimas de violencia, se encuentran en situación de orfandad, trabajo infantil y movilidad. Niñas, niños y adolescentes requieren atención especializada en la materia.
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El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, ha reportado: 11, 387 homicidios y 90, 604 lesiones con arma de fuego, arma blanca o algún otro elemento contra niñas, niños y adolescentes, así como, 645 feminicidios contra niñas y adolescentes, 1911 casos de trata de personas contra niñas, niños y adolescentes (SESNSP, 2012-2022), todas y todos ellos, así como los casos que no son reportados requieren de servicios de atención a la salud mental.
Sin embargo, a 3 años de pandemia, México no cuenta con programas específicos para atender y priorizar la salud mental a partir de servicios suficientes y especializados. Podemos identificar en los presupuestos a partir del año 2012, que sólo existen dos programas que no tratan de servicios especializados en la materia, si no que refiere a acciones que de manera indirecta brindan atención psicológica o que pueden planear y coordinar acciones de política pública sobre una rama de la salud mental.
Si bien algunos servicios de atención de niñas, niños y adolescentes brindan atención psicológica, esta sólo es una arista de la salud mental, en cuanto a servicios de atención psiquiátrica no existe un programa o servicio especializado, lo cual representa un enorme vacío en un contexto de alta demanda del servicio. En este momento tenemos a niñas, niños y adolescentes en situación de orfandad por la pandemia, víctimas de violencia familiar, sexual y escolar, en situación de movilidad, trabajo infantil y explotación sexual comercial, todas y todos requieren atención en materia de Salud Mental y este tema no figura en la asignación de recursos públicos de ningún año desde que se incluyó la clasificación del presupuesto destinado a niñas, niños y adolescentes.
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Adicional a esta problemática, es importante mencionar que, no sólo basta la asignación del presupuesto a la salud mental, sino la creación de una estrategia con indicadores y líneas claras de coordinación para que el presupuesto destinado, sea observado y medible.
World Vision México, cada año, revisa el presupuesto, brinda recomendaciones a Diputadas y Diputado para mejorar y acercar información a la ciudadanía para que pueda actuar y alzar la voz a favor de niñas, niños y adolescentes.
La iniciativa #NiñezSinAusteridad, es un llamado a los tres niveles de gobierno para la inversión, suficiente, progresiva y transparente de recursos públicos destinados a mejorar la calidad de vida de la niñez y adolescencia, priorizando los programas que atienden a niñas niños y adolescentes víctimas de violencia, en situación de movilidad, trabajo infantil y explotación, a fin de garantizar condiciones dignas de trabajo para adolescentes, inserción educativa y salud mental.
Este llamado se extiende a la sociedad, como parte de nuestra participación ciudadana en el cuidado del dinero público, sobre todo del que se invierte en la niñez y adolescencia.
La inversión destinada a programas dirigidos a niñas, niños y adolescentes es clave para garantizar su desarrollo integral y el derecho a vivir una vida libre de violencias, lo cual se ve reflejado no sólo en el presente, sino en el futuro próximo; en un México sostenible y pacífico. Invertir ahora, nos ahorrará y retribuirá mucho.
